Restaurar una encimera de cuarzo es un desafío, pero definitivamente es posible si se siguen los pasos adecuados y se emplean los productos correctos. Las encimeras de este material son populares por su durabilidad y estética, pero con el tiempo pueden mostrar signos de desgaste como rayones o manchas. Para abordar estos problemas, hay algunos pasos clave a seguir.
Primero, es importante entender que el cuarzo es una mezcla de resina y piedras naturales. Esta composición hace que las encimeras sean extremadamente resistentes, pero también significa que no deberías usar productos demasiado abrasivos. Según varios especialistas, las rayaduras menores en una encimera de cuarzo se pueden tratar con productos especializados que contienen óxido de cerio, el cual es un potente pulidor que puede ayudar a suavizar esas imperfecciones superficiales. Estos productos suelen estar disponibles en tiendas de mejoras para el hogar.
Cuando se trata de manchas, la eficiencia radica en actuar rápidamente. Las manchas de vino, café u otros líquidos oscuros deben limpiarse lo más pronto posible. Los fabricantes de encimeras de cuarzo, como Silestone o Caesarstone, recomiendan usar un limpiador de pH neutro para evitar cualquier efecto adverso en la superficie. Esto es crucial, ya que productos demasiado ácidos o alcalinos pueden dañar la resina del cuarzo.
He encontrado que una pregunta común entre los propietarios de encimeras de cuarzo es si son a prueba de calor. Si bien el cuarzo tiene una tolerancia al calor relativamente alta, no se recomienda colocar directamente objetos extremadamente calientes, como ollas recién sacadas del fuego, sobre la superficie. Esto podría dañar la resina y dejar marcas o decoloraciones permanentes. Se recomienda utilizar siempre un salvamanteles o protector térmico al manipular estos elementos.
El mercado de las encimeras de cuarzo ha crecido significativamente, con un aumento del 18% en la última década, en parte debido a su reputación de baja mantención y estética elegante. Sin embargo, eso no significa que no necesiten cuidado. Algunas tareas sencillas, como limpiar la superficie de manera regular con un paño suave y agua jabonosa, pueden alargar considerablemente la vida útil de tu encimera.
Si bien puedes intentar estas soluciones en casa, para daños o manchas más severos, busca la ayuda de un profesional. Ellos tienen acceso a productos industriales y técnicas que no están disponibles para el consumidor promedio. Contratar a un profesional cuesta entre 100 a 300 euros, dependiendo de la gravedad del daño y el tamaño de la encimera, pero puede ser una inversión que valga la pena para devolverle su esplendor original.